Subiendo desde Rucoba hasta San Roque por el caminito peatonal nos encontramos ayer con este desparrame vegetativo. Sí, amamos a las plantas y mucho, pero no hasta el punto de querer experimentar el hacernos camino con un machete en la selva.
Daba la impresión de que algún vecino recortó zarzas -¡cómo estarían!- y las dejó tiradas en el camino. Esas ya no muerden aunque, en fin, habría que apartarlas.
Y plumeros que aun no han desparramado su simiente, ¡es la hora de aparecer por aquí, chicos de la cuadrilla del ayuntamiento! Mañana llamaremos al Ayto para informar de la situación y pedir que pasen una mañana -no necesitan más- para limpiar. Este es nuestro granito de arena para informar y pedir más consideración con los -entrañables y, a veces, desconocidos- caminos de los pueblos.
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