Este sábado 19 de abril subimos a comer a la Torre de Ruesga y me gustaría recomendarlo porque, no sólo el trato fue además de correcto, acogedor, sino que el espacio es espléndido y los manjares estaban sabrosos y en su punto; el solomillo, el rabo de toro, el salmón, el jamón y las croquetas, amén de los flanes y la tarta de queso.
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